Reunidos por nivel en un aula, en el CP Liceo Mierense, a alguno no le pasa
desapercibido un extraño paquete situado sobre una mesa rodeado por carteles
que indican: “No tocar”, “¿?”.
Al poco rato, la curiosidad rompe la monotonía y, primero
titubeante, luego de forma más resolutiva, personitas se acercan a interesarse
por su contenido.
Pequeñas manos hurgan por entre las rendijas hasta que una
voz exclama “¡Son libros!?”. Las hojas
que los cubren son retiradas con avidez y una marea de infantes se agolpa en
torno al paquete. La alegría y el nerviosismo reinan en el ambiente. Los libros
son extraídos de la caja y sus páginas cobran vida al ser ojeadas por los
vivarachos ojos de los chicos.
-Tiene muchas hojas.
-Hay una bruja.
-Aquí aparece un diablillo.
-En esta doble página hay un mapa.
-Los dibujos son negros; pero, alguno tiene fragmentos
rojos.
-Al final están las fotos del escritor y la ilustradora.
-¿Son para nosotros?
¿Nos los podemos quedar?
Tras un rato de exploración, organizamos el reparto y recogimos
su deseo e interés por leerlo. Aunque
alguno manifestase su ansia por devorarlo en el fin de semana les animamos a
afrontarlo poco a poco, degustando sus páginas, reflexionando sobre su
contenido y les propusimos leer unas pocas páginas cada día e ir comentándolas
en clase periódicamente.
El barco partía de puerto. El sol brillaba en los rostros de
los embarcados. Los marineros, ilusionados, cantaban al cruzar la bocana para
internarse en el vasto mar. Un cielo azul dejaba que el fresco viento hinchara
las velas impulsando al navío con delicadeza; pero, a la vez con firmeza. El
viaje ha comenzado. Días de miel junto a otros de sal y tormenta nos esperan.
El agua se abre ante el empuje de nuestra quilla. El timonel pone rumbo hacia
el reino de An.
Raquel y
Jesús (tutores de 5º A y 5º B)